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martes, 25 de junio de 2013

Condenan a vivir a un condenado a muerte en Oregon



Condenan a vivir a un condenado a muerte en Oregon


Clama por morir, no quiere que su ejecución se posponga y demandó al gobernador de Oregon, estado donde está recluido, para que no se frene su pena de muerte.
Pero su alegato, que algunos podrían considerar absurdo aunque otros quizá hallarían pertinente, fue rechazado por la Corte Suprema de Oregon. Así, el condenado a muerte quedó condenado a vivir, al menos por ahora.
Gary Heugen fue hallado culpable de dos homicidios, el de la madre de su novia en 1981 y el de otro convicto al que mató dentro de la cárcel en 2003. Su ejecución fue fijada para el 6 de diciembre de 2011. Pero en noviembre de 2011 el gobernador de Oregon, John Kitzhaber, decretó una moratoria de la aplicación de la sentencia capital en su estado durante el resto de su periodo de gobierno (que culminará no antes de enero de 2015) y ordenó una revisión de todo el sistema de pena muerte en el estado. Con ello, la ejecución de Heugen quedó en vilo.
Pero Heugen no se quedó con los brazos cruzados y exigió se le aplique la inyección letal. El condenado dijo que no quiere seguir indefinidamente en el corredor de la muerte y dijo tener el derecho a rechazar la suspensión de su ejecución.
El argumento fue presentado ante un juez de circuito, que determinó que solo en caso de que Kitzhaber perdone a Heugen este último tendría que aceptarlo, con lo que deslizó la posibilidad de que el condenado pueda en efecto rechazar la clemencia y, con ello, forzar que se le mate, dado que el gobernador de Oregon no ha perdonado al reo, solo frenado temporalmente su ejecución.
Según la agencia AP, Heugen señaló que rechaza el freno de su ejecución y que por ello esa medida no es válida y que, además, la moratoria sería en realidad un intento ilegal del gobernador de nulificar una ley que no le gusta (esto es, la existencia de la pena de muerte en Oregon).
Heugen exige morir e incluso clamó, para lograr que se le ejecute, que mantenerlo en el corredor de la muerte de modo indefinido crea una incertidumbre que constituye un castigo inusual y cruel, según publicó la agencia Reuters.
Pero Kitzhaber apeló a la Corte Suprema de Oregon, que hace unos días resolvió que no hay nada en la Constitución de Oregon que dé a un condenado el derecho a rechazar la clemencia. La Corte también indicó que el gobernador tiene pleno poder para declarar una moratoria a la pena de muerte, lo que coincide con la posición de Kitzhaber. “El poder ejecutivo de conceder clemencia emana de la Constitución y es una de las prerrogativas exclusivas del gobernador sobre otra rama del gobierno”, dijo el presidente de la Corte Suprema de Oregon, Thomas Balmer.
Oregon tiene a 37 personas en el corredor de la muerte, una de ellas es Heugen, y solo ha ejecutado a dos personas en los últimos 50 años. 18 estados del país han eliminado ya la pena de muerte y Kitzhaber se inclina hacia ello en Oregon, si bien aún no se ha dado pasos legislativos en ese sentido y es incierto si este cambio logre darse.
En un comunicado, el gobernador indicó que “renueva su llamado a una reevaluación de nuestro actual sistema que avala la pena capital y que se ha convertido en un sistema inmanejable y que no cumple los estándares básicos de la justicia”.

Así, Heugen tendrá que permanecer vivo y en el corredor de la muerte al menos dos años más, hasta que su ejecución sea eliminada por completo o, en caso de que Kitzhaber deje el gobierno y su sucesor no otorgue nueva clemencia, hasta que se le aplique la inyección letal.

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