Foto sin fecha divulgada por fuentes judiciales de la oficina fiscal de Manhattan en Estados Unidos de un esqueleto casi completo de un tiranosaurio hallado en el Desierto de Gobi, Mongolia.
Foto sin fecha divulgada por fuentes judiciales de la oficina fiscal de Manhattan en Estados Unidos de un esqueleto casi completo de un tiranosaurio hallado en el Desierto de Gobi, Mongolia.
La justicia neoyorquina secuestró el viernes el esqueleto de un tiranosaurio de 70 millones de años robado en el desierto del Gobi en Mongolia y subastado en Nueva York el mes pasado, afirmaron a AFP fuentes judiciales y de la casa de subastas involucrada.
La decisión de recuperar el esqueleto fue tomada por el juez federal Kevin Castel, tras un procedimiento iniciado por la fiscalía estadounidense para que fuese restituido al gobierno de Mongolia.
"Fue secuestrado hoy (viernes) a las 13H00 locales del depósito Cadogan-Tate Art en Sunnyside, Queens" (noreste de Nueva York), dijo a AFP un portavoz de la casa de subastas Heritage Auctions.
El esqueleto reconstruido y casi completo de este Tarbosaurus Bataar, primo menor del Tiranosaurus Rex que vivió en el Cretácico tardío, hace alrededor de 70 millones de años, fue exportado ilegalmente a Florida (sudeste de Estados Unidos) desde Gran Bretaña en marzo de 2010.
Fue subastado el 20 de mayo en Nueva York por 1,05 millones de dólares por la casa Heritage Auctions, con sede en Texas (sur), según el fiscal de Manhattan Preet Bharara.
De acuerdo con la denuncia presentada en el Tribunal Federal de Manhattan, los documentos de aduana fueron falsificados, ya que daban como país de origen del objeto a Gran Bretaña y afirmaban, entre otros, que se trataba de dos cabezas de reptil.
Antes de la venta, el gobierno de Mongolia obtuvo de un tribunal de Texas la prohibición de la venta y el traslado del esqueleto.
Pese a ello, la venta se produjo de todos modos, aunque la casa de subastas acordó congelar la transacción hasta que el caso fuera dirimido por la justicia.
Según las autoridades de Mongolia, el esqueleto fue hallado en el oeste del desierto de Gobi y traficado fuera del país entre 1995 y 2005.
La casa de subastas considera que su propietario lo compró de "buena fe" cuando no era más que un conjunto de huesos y pasó más de un año reconstruyendo el esqueleto de 2,43 m de altura y 7,31 m de largo.
El presidente mongol Elbegdorj Tsajia saludó la decisión este viernes, así como la "rápida acción" de la justicia estadounidense y dijo que su país se encuentra "un paso más cerca" de recuperar el esqueleto.
"Hoy enviamos un mensaje a los saqueadores de todo el mundo: no haremos la vista gorda ante el mercado de fósiles saqueados", indicó Tsajia en un comunicado.
"El sistema legal estadounidense es un faro de justicia y libertad para los pueblos del mundo entero. Agradezco a aquellos que han promovido la aplicación de la ley cooperando con Mongolia para devolver una pieza importante de nuestra herencia cultural", agregó.
Desde 1924, Mongolia considera a los fósiles como propiedad nacional y prohíbe su exportación.