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jueves, 26 de julio de 2012

La batalla verde de Apple


La batalla verde de Apple

La compañía quiere cumplir con el estándar ecológico para los productos tecnológicos

fuente: lavanguardia.com
La batalla verde de Apple


La historia no hizo demasiado ruido. Hasta que San Francisco reaccionó. A mediados de julio, 

la ciudad de la costa este americana anunció que iba a dejar de comprar productos Apple 

porque la empresa de la manzana había decidido salir del EPEAT, un registro global que 

identifica y certifica los productos electrónicos ecológicos.



Y empezó el revuelo. El movimiento de la empresa creada por Steve Jobs resultaba 

desconcertante. Más aún teniendo en cuenta que Apple había participado en la creación de 

los estándares verdes del EPEAT en el 2006 y que, hace un par de meses, anunció que su 

data center de Carolina del Norte funcionará con energía renovable a finales del 2012.



Además, la empresa publica en su misma web el impacto ambiental de sus productos

Confiesa que, en el 2011, fue responsable de la emisión de 23,1 millones de toneladas 

métricas de gases con efecto invernadero, y explica su programa de reciclaje.



Según un informe del Electronic Power Research Institute (EPRI) publicado en junio, los 

iPads gastan menos de 12 kWh al año recargándose completamente en días alternos. Es 

decir, menos que una bombilla fluorescente compacta (CFL, por sus siglas en inglés) (14 

kWh). Aunque, también es cierto que el estudio subraya que el aumento de este tipo de 

dispositivos en el mercado, cuyas ventas podrían triplicarse en dos años, “tiene implicaciones 

importantes en el consumo de energía”.



¿Entonces? ¿Por qué salir del EPEAT? Según explica el Wall Street Journal, una de las 

condiciones para recibir la certificación verde es que los productos puedan desensamblarse 

para que los que los reciclan puedan quitar los componentes tóxicos. Y los productos de 

Apple, que prioriza el diseño para que todo quepa en el menor espacio posible, no son 

precisamente fáciles de desmontar. De hecho, para iFixit.com, web que da consejos a los 

usuarios para reparar sus máquinas, es imposible separar las piezas del nuevo Macbook Pro 

“Retina”, lo que impide, por ejemplo, sustituir la RAM. Además, ni el iPhone ni el iPad, que 

constituyen una parte importante del negocio de la compañía, son certificables.



Aún así, a los pocos días del anuncio, Apple tuvo que dar marcha atrás. Bob Mansfield, 

vicepresidente de ingeniería de hardware de la compañía, confesaba que salir del EPEAT 

había sido un error y que Apple volvía al registro. En una carta publicada en la web

aprovechaba la ocasión para recordar que Apple ha quitado de sus productos componentes 

tóxicos como los bromados (BFR, para reducir la inflamabilidad del producto) y el policloruro 

de vinilo (PVC) y que sustituye el plástico siempre que es posible por materiales más 

ecológicos, reciclables, durables y eficientes. Eso no significa que vaya a cambiar su diseño 

compacto difícilmente desmontable. 

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