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miércoles, 11 de julio de 2012

Sexo en el embarazo, ¿sí o no?


Sexo en el embarazo, ¿sí o no?

"Tengo miedo de tocar la cabecita del bebé", le decía su marido a mi amiga cuando le explicaba por qué de la noche a la mañana había perdido su apetito sexual.
Sexo en el embarazo, ¿sí o no? - ThinkstockphotoSexo en el embarazo, ¿sí o no? - Thinkstockphoto
"Si bien a mi me alcanza, me parece que se cree que lo han estirado", me decía ella con furia porque sentía que ya no la deseaba.
La verdad es que tanto ellos como nosotras, durante el embarazo experimentamos más de un cambio físico y emocional; y eso a su vez nos hace vivir toda una nueva experiencia como pareja, sobre todo, como pareja sexual. Algunas mejoran porque ya se sienten más relajadas, felices con la noticia, y eso las erotiza. Otras, en cambio, se asustan y, por más que sea de forma inconciente, no pueden unir la idea de embarazo y sexo. Por lo tanto, no llegan a sentir el mismo placer que cuando engendraron la vida misma que los colocó en ese lugar. Si ellos supieran aprovechar… ¡Lo que les cuesta ahora es nada comparado al momento que tengan un pequeñito llorando en el medio!

Dos tipos, dos estilos
Como decía en el párrafo anterior, hay distintos tipos de parejas y, si bien el embarazo puede ser una etapa en que las mujeres ponemos muchos "peros", ciertos hombres tampoco quedan exentos de la pérdida de deseo. Por supuesto que están aquellos a los que las redondeces, la maternidad y un proyecto tan importante como tener un hijo los enciende.
Sexo en el embarazo, ¿sí o no? - Thinkstockphoto
Sexo en el embarazo, ¿sí o no? - Thinkstockphoto
Y están esos otros que inhiben su deseo porque piensan que a una fémina en estado embarazoso no se la puede molestar, no es erótica. Para estos caballeros tengo una muy mala noticia: el sexo no sólo es muy beneficioso para ellas, sino que por ende también lo es para el bebito que llevan en su cuerpo. Las mujeres necesitamos afecto, amor, caricias y "sexo", siempre y algunas más en ese momento, debido a que los genitales se encuentran muy irrigados y les resulta más placentero y fácil de llegar al orgasmo. Por cierto, al futuro hijo no le sucederá nada malo porque está sumamente protegido con la placenta, el líquido amniótico y el tapón mucoso, que sólo se deshace poco antes del nacimiento.
Es necesario aclarar que puede haber casos particulares en los que el médico obstetra contraindique tener relaciones (infecciones urinarias y placenta previa, entre otros), pero si esa no es tu situación, entonces, sácate los prejuicios, relájate y goza, que no serán tantas las etapas en las que pueden experimentar los cuerpos de una manera diferente.
Acá te contamos cómo suele ser cada período para comprender un poco más cómo va cambiando en el cuerpo femenino durante los nueve meses.
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Primer trimestre: en este momento, en especial si se trata de una madre primeriza, los cambios físicos no son tan notorios. Lo más probable es que sólo aumente el tamaño de sus pechos. Pero puede ser que no se sienta óptima del todo y se encuentre más cansada de lo habitual, incluso, puede tener náuseas y vómitos. Aunque no a todas les sucede.
Segundo trimestre: es ahora o nunca. Si bien la pancita ya está asomando y comienza a tomar volumen, es cuando mejor nos sentimos las mujeres. Estamos activas, llenas de energía, felices y lo que es más importante, desaparecen la mayoría de los malestares. Así que no hay excusas para no pasar unas placenteras y románticas veladas.
Tercer trimestre: en este período puede ser que el cuerpo ya esté muy pesado, especialmente en la recta final. De todas formas, a menos el médico lo prohíba, se puede hacer el amor hasta el día del nacimiento. Incluso, dicen que si el niñito está listo para salir, el sexo ayuda a poner en marcha el proceso de parto.
Si lo que les molesta es que esa gran redondez (que se llama panza) los separe existen posiciones que les resultarán más fáciles para poder sentir los cuerpos bien unidos (ella arriba, él atrás o la famosa cucharita, que consiste en que ambos se acuesten de lado).
La idea no es que en este momento se conviertan en dos amantes apasionados (lo que tampoco sería malo). Sino que es un período para disfrutar, estar unidos y amarse. Al placer no se llega sólo con la penetración. Lo importante es que predominan otras sensaciones de disfrute como es el amor, la alegría compartida de la espera, los mimos, el cariño… Sería una pena estar 9 meses prescindiendo de esa maravillosa unión y el calor de dos cuerpos que se complementan tan bien que pueden engendrar una vida.

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