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viernes, 17 de agosto de 2012

Cuando la leche te provoca malestar, ¿es alergia o intolerancia?


Cuando la leche te provoca malestar, ¿es alergia o intolerancia?

La leche puede alegrarnos el día con un delicioso licuado o si la acompañamos una tentadora pieza de repostería, pero también puede hacernos sentir mal si nuestro cuerpo decide no aceptarla, ya sea porque somos alérgicos a ella o tenemos intolerancia a la lactosa.
Conoce las opciones para seguir disfrutando su sabor. / Foto: iStockConoce las opciones para seguir disfrutando su sabor. / Foto: iStock
Alergia versus intolerancia
Aunque ambos trastornos envuelven un malestar relacionado con el consumo de leche, en realidad es muy diferente que los lácteos te "caigan mal", a que generen reacciones alérgicas. El portal especializado en salud WebMD explica que la intolerancia a la lactosa tiene que ver con la incapacidad del organismo para metabolizarla, mientras que una alergia a la leche no es un aspecto metabólico, sino una alteración en el sistema inmunológico.
La intolerancia sucede cuando nuestro cuerpo no produce suficiente lactasa, la enzima encargada de ayudarnos a procesar la lactosa y, cuando ésta se queda sin digerir en los intestinos, puede dar lugar a:
  • Diarrea.
  • Gases.
  • Náuseas.
  • Hinchazón.
  • Dolor abdominal.
Si siempre habías tolerado la leche pero estás experimentando estos síntomas y no entiendes por qué, existe una explicación. A medida que avanza la edad, producimos menos lactasa, es por ello que los adultos podemos desarrollar la intolerancia.
Por su parte, la alergia a la leche no tiene nada que ver con la lactasa, sino con la composición del lácteo en sí. Una alergia se da cuando el cuerpo percibe alguna de las proteínas de la leche como un elemento dañino, ante lo que produce anticuerpos. Como consecuencia, la liberación de éstos genera síntomas como:
  • Urticaria
  • Comezón.
  • Hinchazón en la piel.
  • Secreción nasal.
  • Dificultad para respirar.
  • Diarrea
  • Malestar estomacal.
Son éstos últimos síntomas los que en ocasiones llevan a las personas a confundir la alergia con intolerancia a la lactosa. Sin embargo, si te sospechas alérgico, debes acudir al especialista, pues tu salud puede estar en riesgo.
La buena noticia: Puedes seguir disfrutando su sabor
La leche, que generalmente está relacionada con estos padecimientos, es la que proviene de la vaca. Sin embargo, que sufras alguna de estas condiciones no quiere decir que te despedidas del sabor de la leche o los lácteos y de sus nutrientes.
Hay que recordar que la leche es una fuente importante de calcio, vitamina D y proteínas. Afortunadamente existe una gran variedad de alternativas igual de apetitosas:
  • La leche libre de lactosa.
  • Las versiones de soya.
  • Leche de arroz o almendra
  • Todas pueden utilizarse para beber o para cocinar.
Recuerda que siempre debes consultar a un especialista antes de consumir cualquiera de estos productos. Es bueno señalar que varían en consistencia y propiedades. El portal WebMD menciona que:
La leche de soya tiene una consistencia más espesa y un color vainilla, pero es casi igual de rica en proteínas.
La leche de arroz es muy similar a la de vaca, en consistencia y color, pero es más baja en proteínas.
La leche de almendra tiene sabor a semilla dulce y color café claro. No es tan rica en proteínas.
La leche "vegetal" no tiene colesterol / Foto: iStockLa leche "vegetal" no tiene colesterol / Foto: iStock
Toma tus precauciones
Si la recomendación de tu médico es evitar la leche de vaca y sus derivados, la Red de Alergias a la Comida y Anafilaxia (FAAN, por sus siglas en inglés) sugiere estar atento de la caseína, una proteína de la leche que bien puede estar presente en sus derivados, como en algunas marcas de atún enlatado y ciertas carnes. Asegúrate de leer las etiquetas y pedir la guía de tu doctor.
La FAAN advierte que algunos restaurantes añaden mantequilla en la preparación de los filetes, por lo que no está de más hacer la aclaración antes de ordenar.
Fuentes:

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