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martes, 21 de agosto de 2012

El trastorno por déficit de atención


El trastorno por déficit de atención

En los últimos años los padres se han familiarizado con el término ADD (sigla en Inglés para Trastorno por Déficit de Atención), sea porque conocen un chico que lo padece, o porque la maestra les dice que hagan una consulta "para ver si su hijo tiene ADD", o porque vieron una película en la que uno de los protagonistas la tienen o leyeron al respecto en diarios y revistas.
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El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad es un trastorno del desarrollo que padecen aproximadamente un 5% de los chicos en edad escolar y que puede alterar la calidad de vida individual y familiar significativamente.
En palabras de Russel Barkley, autoridad mundial en el tema, el trastorno por déficit de atención puede definirse como un trastorno en el desarrollo de los mecanismos de autocontrol. Los síntomas del cuadro son básicamente la dificultad para sostener la atención en tareas que demandan esfuerzo (y no así en tareas que son interesantes para el chico), la dificultad para sostener el control sobre el movimiento (que se traduce en la tendencia a la inquietud o la hiperactividad), la dificultad para sostener el control de los impulsos (que se observa a través de conductas que implican el actuar antes del pensar, en palabras sencillas) y, muchas veces, la presencia de dificultades asociadas al aprendizaje académico.
Barkley sostiene en su libro "Taking Charge of ADHD: The Complete, Authoritative Guide for Parents", que el ADD es un "trastorno real, un problema real, y, frecuentemente, un verdadero obstáculo".
Un trastorno real
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El ADD tiene descripciones clínicas que datan de más de 200 años y su entidad como enfermedad asociada al desarrollo del sistema nervioso central está reconocida por la OMS desde hace años. Los chicos con ADD tienden a tener problemas atencionales, de control del movimiento y los impulsos y, en el 75% de los casos aproximadamente, dificultad para rendir académicamente de acuerdo a su potencial intelectual.
La investigación acerca del trastorno y su expresión en quienes lo padecen nos ha permitido entender en los últimos años que implica factores orgánicos y ambientales en su causa y es por ello que, muchas veces, los chicos con ADD son identificados por sus familiares como igualito a su tío por ejemplo. Hoy en día conocemos la neurobiología del ADD y sabemos que existen alteraciones en el desarrollo de circuitos neurales que unen el lóbulo frontal del cerebro (área clave para el sostén del autocontrol, el aprendizaje y la conducta dirigida a metas) y áreas subcorticales (que participan activamente en la automatización de gran cantidad de procesos que permiten sostener la conducta adaptativa).
Cómo se traduce eso en palabras de un padre con un hijo que sufre ADD? "El colegio dice que Gonzalo no puede prestar atención, que se mueve todo el día y que no es capaz de escuchar los cuentos que su maestra cuenta o responder a las consignas que se le dan. Suele molestar a sus compañeros de trabajo y solo se lo ve concentrado en el momento en el que se trabaja con música, algo que le encanta. En casa es difícil que se quede sentado mientras comemos pero puede pasar horas jugando a la computadora y en esos momentos es difícil creer que se distrae con facilidad. Es impulsivo, se enoja con facilidad cuando su hermano le quita un juguete por ejemplo y, generalmente, reacciona con golpes a situaciones como esa. Después llora y pide perdón. Ponerle límites es difícil, siempre tiene un no para todo. Es muy inquieto, corre, duerme poco, siempre tiene energía de sobra y habla mucho, a veces tanto que es necesario pedirle que se calle".
Las palabras de los padres de Gonzalo traducen los síntomas característicos que presenta un chico con ADD:
- Dificultad para sostener la atención y concentrarse
- Dificultad para quedarse quieto, tendencia marcada al movimiento
- Dificultad para sostener control sobre los impulsos
- Baja tolerancia a la frustración
- Hiperfoco (capacidad de sostener la atención de manera llamativa) durante la realización de actividades que son placenteras para él

Un problema real
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Barkley señala que el hecho que los chicos con ADD sean a simple vista como cualquier otro chico hace que, para mucha gente, sea difícil creer que es un problema real. Sin embargo, es posible que muchas veces, esas personas que consideran difícil de creer que el ADD exista y sea un problema (de hecho existen detractores del trastorno incluso entre profesionales asociados a la salud mental), al encontrarse con un chico que lo padezca piense (en palabras de Barkley) ¿por qué no hacen algo con ese chico?, qué maleducado.
Muchas veces, los padres concurren a la consulta de profesionales especializados en niños porque el colegio sugiere la necesidad de establecer la presencia o no de una dificultad puntual. Cuando el profesional no está suficientemente formado para hacer el diagnóstico puede descreer de su existencia o no reconocer los síntomas. En esos casos, posiblemente, la familia y el chico que lo padece inicien meses de tratamientos equivocados.
En este punto es necesario aclarar que el diagnóstico de ADD es un diagnóstico que un médico debe hacer (un profesional en neuropediatría o psiquiatría infanto juvenil) y no puede ser realizado NI NEGADO O DESCARTADO por psicólogos, psicopedagogos y fonoaudiólogos entre otros.

Un obstáculo real
El problema con la existencia del ADD y su puntual ocurrencia en un chico particular es que cuando ocurre, generalmente interfiere con la calidad de vida de la familia y quien lo sufre. La familia porque ve incluso a veces disminuidas sus posibilidades de inserción social y deteriorada su calidad de vida en casa. La persona que lo sufre porque presenta consecuencias a nivel de aprendizaje e inserción social que pueden impactar en su estado de ánimo y disminuyen sus posibilidades de autogestión.
El ADD es un trastorno real, que resulta realmente problemático y obstaculiza la vida cotidiana de quienes la sufren y sus familiares. La buena noticia es que tiene tratamientos efectivos que pueden orientar el pronóstico de la persona y la familia más que favorablemente. Solo se trata de dar con el profesional adecuado.

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