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miércoles, 1 de agosto de 2012

El caso que aún divide a la sociedad argentina, una década después


El caso que aún divide a la sociedad argentina, una década después

Romina Tejerina
El caso de Tejerina fue considerado un punto de inflexión.
Romina Tejerina tenía 18 años cuando salió a bailar aquel 1 de agosto de 2002 en su pueblo natal de San Pedro en Jujuy, en el norte de Argentina. Ese día cambiaría su vida para siempre.
Según denunció meses más tarde, esa noche fue violada y como consecuencia de ese ultraje, tuvo un bebé.

Ese crimen, cometido el 23 de febrero de 2003, acaparó la atención del público como pocos otros: el juicio de Romina, que comenzó dos años más tarde, fue transmitido en vivo por la televisión."De lo único que me acuerdo es del llanto de la bebé y después la imagen de la cara del violador", dijo luego en una entrevista con el diario La Nación, para explicar lo que muchos consideran inexplicable: cómo acuchilló 21 veces a su bebé recién nacido, lo cual le provocó la muerte dos días después.
Gran parte de la sociedad respaldó el veredicto: 14 años de prisión por homicidio calificado por el vínculo.
Sin embargo, diversos grupos que abogan por los derechos de la mujer criticaron la condena, al igual que algunos reconocidos artistas y legisladores, y diversas personas que cada 23 de mes se reunían para protestar por la detención de la joven.
Para ellos, Romina fue víctima de sus circunstancias: una adolescente de origen humilde que no contó con las herramientas para hacer frente a un embarazo no deseado y, ante la falta de contención de su familia y la sociedad, cometió el acto más extremo.
El debate por el caso Tejerina se reavivó en las últimas semanas, luego de que la mujer fue liberada al haber cumplido dos tercios de su sentencia.
A pesar del paso del tiempo, la polémica por este crimen continúa. Muchos argentinos criticaron a través de los medios digitales la noticia de la liberación.
En tanto, otros le expresaron a Romina su apoyo y resaltaron cómo este caso permitió poner sobre el tapete una situación de abuso que afecta a muchísimas jóvenes, sobre todo en el interior del país.

Muchas Rominas

"Es un problema cultural enorme. El caso de Romina es como el de muchas otras chicas que viven situaciones similares"
Silvia Chejter, socióloga
Liliana Louis dirige el Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y Género en la Universidad Nacional de Jujuy.
Louis le dijo a BBC Mundo que según cifras oficiales en esa provincia los delitos contra la integridad sexual tienen una tasa 70% por encima de la media nacional.
"Hay una doble moral muy fuerte. Se acusa a las víctimas de haber provocado el acto sexual. En el caso de Romina la fiscal centró su argumento en el hecho de que ella usaba minifalda y bailaba sobre el parlante", señaló.
No sólo la sociedad culpa a la víctima: los propios padres muchas veces hacen lo mismo. Fue justamente el temor al rechazo de sus padres y a ser echada de su casa lo que llevó a Romina a esconder su embarazo y a no denunciar la violación hasta que el caso se hizo público.
"Es un problema cultural enorme. El caso de Romina es como el de muchas otras chicas que viven situaciones similares", dijo a BBC Mundo Silvia Chejter, socióloga experta en temas de género.
A pesar de que el presunto violador de Romina –un vecino que le duplicaba en edad- fue detenido, los abogados de la joven no pudieron comprobar que existió el delito.
Mariana Vargas, quien defendió a Romina, denunció que el juez de la causa no aceptó hacerle una prueba de ADN al sospechoso y tampoco autorizó una autopsia del bebé, para determinar su tiempo de gestación.
En cambio, se utilizó un método que algunos cuestionan y que determinó que la niña había sido gestada antes del 1 de agosto de 2002.
Más allá de la polémica sobre la presunta violación, Chejter sostiene que no puede ponerse en duda que Romina fue una víctima.
"Era una adolescente de un medio social marginal que vivió una situación de abuso por parte de un hombre que le llevaba 20 años", resaltó, y agregó que se trata de una situación muy común que es aceptada sin cuestionamientos en muchas sociedades.

Un antes y un después

Mariana Vargas
La abogada Mariana Vargas escribió un libro sobre el caso.
Mientras Romina intenta rehacer su vida lejos de la atención mediática (no ha concedido entrevistas desde que fue liberada a finales de junio pasado), las defensoras de los derechos de la mujer resaltaron los avances que se lograron gracias a la atención que recibió su caso.
"Lo que pasó con Romina hizo que muchas chicas que pasan por una circunstancia similar tomen conciencia de que deben hacer algo antes de llegar a esa situación", afirmó Louis.
El Estado también reaccionó: "Hace 10 años no había en Jujuy un protocolo para realizar abortos no punibles en caso de violación, ahora sí. Hoy también hay más acceso a la píldora del día después", agregó Chejter.
Vargas, quien representó legalmente a Romina hasta 2010 y escribió un libro sobre ella ("Una historia de miles de mujeres"), le dijo a BBC Mundo que casos como el de Romina también impulsaron a la Justicia y llevaron a que la Corte Suprema dictara un histórico fallo en marzo de 2012 que ratificó la legalidad del aborto en casos de violación, algo que antes había sido cuestionado por algunos.
Hasta el Congreso sintió los efectos del caso Tejerina: inspiradas en ese hecho, un grupo de legisladoras impulsa que se vuelva a incorporar al Código Penal la figura del infanticidio, que atenúa las penas para madres condenadas por matar a sus hijos durante el nacimiento, y que había sido derogado en 1994.
"Nadie justifica lo que hizo Romina, nadie aplaude esta tragedia. Pero más allá de lo que se opine sobre ella, la realidad es que hay muchas chicas que no van a ser Romina porque existió Romina", opinó la abogada.
"Lamentablemente ella siempre va a tener que cargar con ser Romina Tejerina, pero su historia nos ayudó a todas la mujeres", consideró Vargas.

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